Desigualdad en el mundo de los transportes: solo un 20% de nuestra plantilla son mujeres
Es una evidencia que la historia nunca ha sido muy justa con el sexo femenino. Despreciadas, ridiculizadas y enjuiciadas constantemente, las mujeres siempre han tenido que hacer un esfuerzo mayúsculo en cualquier ámbito para demostrar su valía en un mundo pensado por y para los hombres. Y, desgraciadamente, el nuestro es un sector donde la presencia femenina todavía está muy lejos de conseguir cuotas de igualdad. La desigualdad de género en el escenario de los transportes es la norma y hacer autocrítica es un valor indispensable para poder evolucionar hacia una mejor distribución laboral entre hombres y mujeres.
Las mismas patronales del transporte se refieren a su colectivo en clave exclusivamente masculina: los conductores, los chóferes. Este elemento diferenciador ya alerta del estereotipo que reina en el imaginario colectivo de estas, un estereotipo que no varía mucho del perfil que acaba realizando estas tareas: hombres de entre 40 y 60 años. Y es que a la problemática de género se suma el poco relevo generacional que hay hoy en día. Según cifras, en junio del 2019 faltaban en Cataluña unos 15.000 trabajadores - y, ojalá, trabajadoras - para hacer frente a la demanda del sector. La media de edad de los camioneros actuales es de unos 55 años y las patronales calculan que un 70% de ellos se jubilarán en la próxima década. Y entonces, ¿cómo podrá sobrevivir el mundo de los transportes ante este escenario apocalíptico?. Si se quiere salvar el oficio e ir hacia una paridad, la modernización del sector tendrá que ser inminente y tendrá que ser inclusiva.
Un relevo generacional que también apuesta por la empoderamiento femenino.
Hablamos del caso particular de Cubas Malgrat, donde ambos paradigmas se pueden ejemplificar de diferente manera. En nuestra empresa, la totalidad del personal está formado por 15 personas. De estas, solo 3 son mujeres - el que representa solo el 20% -, y todas ocupan lugares administrativos. De hecho, de los 35 trabajadores que han pasado por CM durante los últimos 20 años, solo, la única presencia femenina es la actual. Pero resulta que tampoco hay demasiado margen para hacerlo de otro modo: el 100% de los currículums que recibimos cuando buscamos conductor/a para ampliar la plantilla son de hombres.
Uno de los cambios más relevantes de este negocio familiar es el relevo generacional que está sufriendo los últimos años de la mano de Ramon Gambín, el actual gerente, y Sílvia Gambín, su hija y futura responsable de la gerencia. ¿El objetivo?, mantener un legado maduro y prometedor y andar hacia la modernización de Cubas Malgrat. Y, por primera vez, una mujer al mando del timón empresarial.
Laura Bonaset i Moner, primera mujer conductora de camión de Girona.
Hija de Fortià, población de l’Alt Empordà, Laura Bonaset i Moner fue de aquellas que no se conformaron con el papel que la sociedad tenía reservado para las mujeres. Nacida en 1904, además de ser una empresaria del sector de los transportes, marcó la diferencia al convertirse en la primera conductora de camión de la provincia de Girona. Este hito la hizo adalid en la defensa de las mujeres y, todavía ahora, continúa siendo un símbolo en el mundo de los transportes y en la concienciación y la lucha por la igualdad laboral dentro de este sector.
La motivación le vino en los años 20, cuando ella y su marido abrieron una agencia de transportes con un solo vehículo. Pero cuando adquirieron el segundo, Laura Bonaset quiso sacarse el carnet. Al ser la primera mujer en solicitar este trámite, las autoridades tuvieron que preguntar a la administración central si legalmente era posible. Ante la afirmación de Madrid, se examinó junto con 7 hombres más. Todos ellos suspendieron y ella fue la única que aprobó.